martes, 2 de octubre de 2012



Actitudes: estructura y funciones

1)      ¿Qué son las actitudes?
Desde esta disciplina las actitudes son importantes por dos razones principalmente. En primer lugar porque influyen considerablemente en la forma en que pensamos sobre la información social y en como la procesamos. La segunda de las razones por las que son importantes las actitudes es por la influencia que tienen sobre el comportamiento.
En la medida en que las actitudes influyen en el comportamiento de la gente, conocerlas ayudara a predecir sus conductas.  

1.1)            Definición
Una de las más utilizadas es la que propone que “una actitud es una tendencia psicológica que se expresa en la evaluación de una entidad particular de algún modo favorable o desfavorable”. Dicho de otro modo, se trata de una tendencia evaluativa hacia un objeto socialmente relevante. La actitud, como tal, consiste en un constructo psicológico no observable, de carácter evaluativo, que media entre un objeto y las respuestas de la persona ante es objeto. Las actitudes se pueden definir por:

·         Su dirección o valencia: Es la valoración positiva, negativa o neutra que la persona atribuye al objeto actitudinal.
·         Su intensidad o polaridad: Se refiere al grado en que se evalúa como favorable o desfavorable el objeto de actitud.

1.2)            Estructura de las actitudes
Uno de los modelos más utilizados a la hora de entender cómo se organiza mentalmente una actitud es el modelo tripartito, según el cual las actitudes están formadas por tres componentes: el afectivo (sentimientos y emociones asociados al objeto actitudinal), el cognitivo (creencias e ideas acerca del objeto de actitud) y el componente conductual (intención de llevar a cabo un comportamiento o el propio comportamiento). El principal problema del modelo tripartito es que predice una coherencia entre ambos componentes de la actitud, pero no siempre sucede. 

1.3)            Propiedades de las actitudes
Las principales propiedades que caracterizan a las actitudes son su accesibilidad, fuerza, ambivalencia y el grado de conciencia que se tenga de ellas (explicitas versus implícitas).

a)       Accesibilidad y fuerza de las actitudes:

·         La accesibilidad: Se refiere al grado en que las actitudes se activan espontáneamente cuando las personas se exponen al objeto de actitud.
·         La fuerza: Se refiere a la estabilidad y resistencia temporal de la actitud, así como a su impacto sobre el comportamiento. Las actitudes “fuertes” son más estables y resistentes. A su vez están más relacionadas con el comportamiento en comparación con las actitudes “débiles”.  

b)       La ambivalencia actitudinal:

La investigación sobre ambivalencia actitudinal demuestra que una persona puedes evaluar al mismo tiempo un objeto de actitud como positivo y negativo. Esta ambivalencia en la respuesta evaluativa debilita los efectos de la actitud para orientar la atención, dirigir el procesamiento de información y predecir el comportamiento futuro de los individuos, además de que dificulta la toma de decisiones sobre el objeto de actitud.
La ambivalencia puede darse no solo por la consistencia entre uno o más componentes de la actitud, sino por hacer al mismo tiempo evaluaciones contradictorias sobre un único objeto de actitud. Asimismo, la ambivalencia actitudinal también puede ser causada por un conflicto entre varias actitudes relacionadas entre sí.

c)        Actitudes explicitas versus implícitas:

·         Actitudes explicitas: Son aquellas que podemos expresar de forma consciente y reflexiva cuáles son nuestras actitudes, así como las consecuencias que tienen sobre nuestros comportamientos y efectos.
·         Actitudes implícitas: Son aquellas de las que generalmente no se tiene conciencia, ni se conoce su origen ni las consecuencias que tienen sobre el comportamiento.

1.4)            Como se miden las actitudes
Cuando se habla d como medir las actitudes, realmente se hace referencia a cómo medir su intensidad, es decir, al grado en que se evalúa como favorable o desfavorable un objeto actitudinal. Asimismo, también se está haciendo referencia a su valencia, si es positiva, negativa o neutra.
Las medidas de las actitudes pueden ser básicamente de dos tipos:

a)       Medidas explicitas o directas: Se basa en dos tipos de escala más conocidos como las de tipo Likert o el diferencial semántico.
·         Escalas de tipo Likert
·         Diferencial semántico

b)       Medidas implícitas o indirectas: Las actitudes implícitas son las evaluaciones del objeto actitudinal que son inconscientes para la persona y que dan lugar a respuestas automáticas que el sujeto no identifica como relacionadas con ese objeto de actitud.
Se han elaborado varios tipos de medidas implícitas; entre ellos, los más empleados son: la preexposicion o priming y el test de asociación.
·         La preexposicion o priming
·         El test de asociación implícita (IAT)


2)      ¿Cómo se forman las actitudes?
Las personas tienen actitudes hacia una gran cantidad y variedad de estímulos, incluso sin haber tenido experiencia directa o conocimiento sobre ellos. Puede afirmarse que la mayoría de las actitudes tienen sus raíces en el aprendizaje y el desarrollo social. Sin embargo no se puede ignorar la influencia que tienen algunos aspectos personales sobre la formación de actitudes. Bohner y Dickel proponen los siguientes factores, recogiendo las aportaciones de varios autores: los objetivos perseguidos por las personas, el estado de ánimo, la evaluación que hagamos sobre el objeto de actitud.

2.1)            Origen biológico:
No es fácil demostrar que las actitudes también pueden tener un origen biológico, aunque hay análisis que revelan como las preferencias de las personas han sido creadas a partir de la historia biológica y cultural de la especie humana. Así, hay evidencia de que ciertas actitudes pueden estar influidas por aspectos genéticos. De igual forma hay procesos psicológicos que tienen una base biológica, como el temperamento, y estos a su vez pueden predisponer hacia determinadas actitudes.


2.2)            Actitudes basadas en la experiencia directa con el objeto:    
La propia experiencia con el objeto de actitud puede ser la base sobre la que se forme una actitud. Uno claro ejemplo de ello es el llamado efecto de la mera exposición. Zajonc observo que la exposición repetida a un estimulo nuevo es suficiente para que las personas incrementen sus respuestas afectivas y evaluativas hacia dicho objeto.
Bornstein realizo un metaanalisis en el que encontró que el efecto de mera exposición podía verse favorecido por determinadas variables, como el tiempo y la frecuencia de exposición. Por otra parte, la aparición y la magnitud del efecto de mera exposición se ven facilitadas cuando se impide a los sujetos reconocer los estímulos durante la exposición, presentándolos durante muy poco tiempo.
Por último, el efecto de la mera exposición se produce con mayor probabilidad cuando los estímulos son poco familiares y carecen de significado, así como cuando su elaboración cognitiva es relativamente baja.

2.3)             Condicionamiento clásico:  
El efecto de condicionamiento clásico consiste en que la aparición reiterada de un evento originalmente neutro, el estimulo condicionado, precediendo o simultaneo a otro estimulo biológicamente relevante y es capaz de provocar una reacción del organismo o respuesta incondicionada, hace que la mera presentación aislada del estimulo condicionado acabe de producir también una reacción similar a la respuesta incondicionada, conocida como “respuesta condicionada”.
La particularidad del condicionamiento clásico en relación a la formación de actitudes es que es duradero y resistente a la extinción.

2.4)            Condicionamiento instrumental u operante:
El condicionamiento instrumental u operante es una forma de aprendizaje en la que la consecuencia es contingente a la respuesta que previamente ha emitido el sujeto. En el aprendizaje de las actitudes se entiende que cuando una actitud va seguida de respuestas positivas, aumentara su intensidad, pero si va seguida de una consecuencia negativa, disminuirá su intensidad o incluso desaparecerá la actitud.

2.5)            Aprendizaje vicario o modelado:
A menudo la gente imita las actitudes de los demás, pues al haber observado previamente las consecuencias que tales actitudes han tenido para esas personas, estas le han servido de referencia. Cuando más se identifique la persona con aquellas a la que esta imitando, más eficaz será este tipo de aprendizaje. Este aprendizaje de las actitudes se observa frecuentemente en el desarrollo de ideas y creencias, ideologías política, creencias religiosas, etc. Además las personas suelen rodearse de quienes poseen actitudes similares a las suyas, proporcionando el contexto nuevos refuerzos en forma de halagos y aprobación social por parte de quienes comparten sus ideas.

3)      ¿Para qué sirven las actitudes?
Algunos autores han propuesto que las actitudes sirven a una variedad de necesidades o funciones psicológicas, ayudan al individuo a adaptarse al medio, a sobrevivir dentro de él.

3.1)            Función instrumental:
Tiene lugar cuando la actitud sirve a la persona para alcanzar objetivos que el reporten beneficios tangibles o un ajuste a la situación, así como para evitar objetivos no deseados. Dicho de otra forma, las personas desarrollan actitudes positivas hacia lo que les aporta beneficios, y actitudes negativas hacia aquello que está asociado con consecuencias negativas.

3.2)            Función expresiva de valores:
Esta función la desempeña una actitud cuando nos permite la expresión abierta de los pensamientos y sentimientos que queremos que los demás conozcan de nosotros.

3.3)            Función cognitiva:
Según esta función, las actitudes ayudaran a los individuos a organizar la información que proviene de los objetos de actitud en función de la valoración que se haya hecho de ellos, estructurando y dando coherencia a la sobrecarga de estímulos a los que las personas estamos expuestas continuamente. 

3.4)            Función de defensa del yo:
Tiene lugar cuando las actitudes contribuyen a mantener la autoestima personal o la autoestima basada en el grupo  al que se pertenece. Esto puede dar lugar a actitudes prejuiciosas, al evaluar negativamente a personas de otros grupos sociales. Finalmente, hay que tener en cuenta que una misma actitud puede desempeñar diferentes funciones para distintas personas.  


4)      ¿Cuál es la relación de las actitudes con el comportamiento?
Una de las razones por las que las actitudes son importantes es por la influencia que tienen sobre el comportamiento. El grado de influencia de las actitudes sobre el comportamiento ha llegado a ser uno de los tópicos más estudiados dentro del campo de las actitudes. Hay muchos factores relacionados con la propia actitud que afectan a su capacidad  para influir en la conducta, como su fuerza, accesibilidad, estabilidad o importancia. Al hablar de estos factores que influyen en la relación entre actitud y conducta, se hace referencia a cuándo se da o no esa influencia de la actitud sobre la conducta. Sin embargo, no se ha mencionado cómo como se produce dicha influencia. Los trabajos realizados en esta línea apuntan a la conclusión de que hay dos mecanismos básicos, que se describe en el modelo de la acción razona de Fishbin y Ajzen, y en el modelo procesual de Fazio.

4.1)            Factores que afectan a la influencia de la actitud sobre la actitud:
Como se ha dicho, hay factores contextuales que estarían influyendo en la relación actitud–conducta y que pueden resumirse en:

·         Las normas sociales
·         La presión temporal
·         La elección misma de las situaciones
·         Especificidad
·         Autoobservacion

4.2)            La teoría de la acción razonada:
Con el propósito de comprender la influencia de las actitudes sobre el comportamiento, se debería distinguir entre dos tipos de actitudes. Por un lado estarían las actitudes generales hacia objetos. El segundo tipo de actitudes son las referidas a la realización de una conducta en relación con un objeto de actitud. A este último tipo de actitudes se les conoce como actitudes hacia el comportamiento, y son el objetivo último de la teoría de la acción razonada.
La teoría de la acción razonada estudia los procesos psicológicos que intervienen entre la activación de la actitud y la respuesta conductual llevada a cabo hacia dicho objeto. Según esta teoría, la conducta se concibe como el resultado final de un proceso pensado, elaborado, racional y lógico, y la intención de la conducta es el principal antecedente. A su vez, la intención de conducta depende de dos factores:

·         Las actitudes personales acerca del comportamiento
·         La norma subjetiva


4.3)            El modelo MODE 
A veces las actitudes hacia determinados comportamientos pueden producir respuestas conductuales que no están medidas por la intención de conducta, influyendo en el comportamiento d un modo más directo y automático. En estas situaciones las actitudes parecen influir en el comportamiento de un modo más directo y automático. ¿Qué ocurriría en estas situaciones lo mismo que lo que tiene lugar cuando se desarrollan conductas que son el resultado de un proceso deliberativo  que conlleva el pensamiento acerca de las consecuencias del comportamiento, o acerca de las características del objeto de actitud?. Fazio y sus colegas dieron respuesta a estas preguntas planteando el modelo MODE, según el cual las actitudes ejercen su influencia sobre la conducta de dos maneras diferentes: la primera se basa en un procesamiento espontáneo, y tiene lugar cuando se produce la activación automática de la actitud. Otra  forma de ejercer su influencia sobre la conducta es mediante un análisis de la información disponible. Este modelo postula que el predominio del modo espontáneo sobre el deliberativo, o viceversa, depende de dos factores: la motivación y la oportunidad.   

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